37ª jornada de Premier League

En vilo hasta la última jornada

Llegó el West Ham a Old Trafford con un crédito ganado a pulso que todos le concedíamos al haber plantado cara al Manchester en sus precedentes. Fue el único capaz de ganarle como visitante el año pasado, y en la ida de este le remontó en los últimos minutos. Pero entre que ya nada se jugaba, su enfermería estaba tan repleta como siempre y tampoco le haría demasiada ilusión que su gran rival saliera campeón, apenas plantó oposición al United, una historia habitual en los finales de temporada. 4-1 ganó el equipo de Alex Ferguson, al que muy pronto se le puso el encuentro a favor con un tanto de Ronaldo. Lo mejor que podía pasar para ahuyentar el runrún de los últimos días, quitarse de encima la presión desde el inicio. El portugués sin querer, y Tevez, continuaron una fiesta que llevaba camino de goleada escandalosa y solo frenó la expulsión de Nani, un jugador con tanto talento como escasa cabeza. La chilena de Ashton fue un mero espejismo. Jugando a atacar, sin mirar ningún otro factor, todo es más fácil para un conjunto del potencial devil.

Ya acostumbrado a los lunes, hoy el Chelsea no podía fallar por nada del mundo para al menos mantener vivas sus esperanzas por el título. En St James, con un equipo en gran momento y la gran amenaza de Owen, aunque al igual que los hammers no se jugaban absolutamente nada. Michael Ballack de nuevo se erigió en el líder que abría el camino. Impresionante e inesperado el momento que vive el alemán, al igual que –en menor medida- todo el equipo. Malouda colocó la sentencia en las postrimerías y ahora toca rezar y regalar un cheque sin fondo al Wigan para que rasque algo al ManU el próximo domingo. Muy complicado.

Fernando Torres se recuperó a última hora para despedirse en condiciones de una grada que le tiene enamorado. Marcó el último tanto en Anfield de la temporada, suficiente para un 1-0 frente al Manchester City poco significativo, en el típico partido donde jugándose las habichuelas podrían haber caído varios goles más de lado de los reds. Pero fue el día de la despedida y presentación de nuevas camisetas. El City solo miró a su portería y encontró en Hart a su salvador. Un paso más arriba, aunque en la misma situación de quedarse con las manos vacías, el Arsenal también venció por la mínima a un Everton que sigue de capa caída, al que solo el inesperado tropiezo del Aston Villa contra el Wigan le mantiene en puestos Uefa.

Parece mentira que por abajo sean los equipos más trabajadores y con menos recursos los que se vean ahora en posiciones de descenso, en detrimento de dos equipos como Bolton y Fulham que tras una temporada nefasta han apretado fuerte el acelerador en los últimos partidos. Los de Gary Megson se encuentran virtualmente salvados y podrán tomarse el temido partido ante el Chelsea con relajación. Ahora la cosa es de tres, Fulham y Reading igualados a 33 puntos, y con uno menos y abocado a la Championship el Birmingham, el único que jugará en casa. Derby y Portsmouth serán los rivales de cottagers y royals. La historia del Fulham es increíble, cuando nadie daba un duro por ellos después de toda la temporada abajo, se repusieron para ganar al Birmingham el sábado a base de lucha y esfuerzo, acongojando a un equipo con menos carácter y con Craven Cottage rugiendo desde el inicio y un 2-0 que puede eclipsar un año decepcionante. Además, en la Championship West Bromwich Albion y Stoke City ratificaron su ascenso a la Premier.