26ª jornada de Premier League

El Arsenal abre hueco en la punta


Una gozada para los ojos observar el imponente aspecto que presentó Old Trafford en el merecido tributo a las víctimas de Munich, una de las mayores tragedias en la historia del fútbol, que la semana pasada cumplía 50 años. Como solo los ingleses saben hacer, mitificando a aquel gran equipo que perdió la vida en un avión, con un emocionante minuto de silencio, respetado por más de 75000 almas, entre ellas los impolutos seguidores citiziens y el detalle en las camisetas retro del Manchester United, propias de aquellos tiempos. Deportivamente ya se sabe como suelen terminar para el principal implicado este tipo de homenajes marcados en negrita. Aunque se diga que el resultado era lo de menos, el Manchester United no podía volver a fallar, necesitaba esos tres puntos como el comer y los dejó marchar frente a un City que desde la temporada 1969/1970 no ganaba los dos partidos de temporada regular a su eterno rival. Eriksson supo plantear el partido, parando fenomenalmente los ataques del United (buen trabajo de Richards, Dunne y Hamman) que sin la presencia de Rooney no tenían un faro en quien asentarse. En sus ausencias se demuestra que es el gran referente de este equipo (las 4 derrotas han llegado sin el sobre el campo). Los visitantes volcaban su juego a bandas y se mostraban peligrosos en las contras. En una de estas Vassell marcó tras varios rechaces. Benjani, el sorprendente goleador zimbabwés que debutaba con su nuevo equipo, no tardó en mojar y además lo hizo en un momento clave, al borde del descanso peinando con la testa un centro de Martin Petrov (octava asistencia de la temporada para el búlgaro, que está siendo de los jugadores más decisivos de su equipo). No se le hizo largo al City el partido, porque esta vez el United no supo reaccionar, ni con los cambios, se mostró falto ideas. Carrick, uno de los revulsivos, recortó distancias en el minuto 91 con un colocado disparo desde la frontal del área. No dio tiempo a más y saltó la sorpresa que nadie esperaba. Merecida victoria por 1-2 para los azules.

En Stamford Bridge, enésimo partido en los últimos años entre Chelsea y Liverpool. Esta vez llegó sin la expectación habitual entre dos clubes que han visto nacer una pequeña rivalidad. Y sobre el césped se plasmó lo de siempre, una batalla prefabricada, con dos equipos respetándose mutuamente, esperando, bien asentados sobre el campo y sin piezas que marcaran las diferencias (Terry, Essien, Drogba y Kalou causaron baja en el bando blue, mientras que los reds tenían que aguantar otra lesión de Fernando Torres). Sin intensidad, sin emoción… fue un tostón. Aunque parezca mentira, el Liverpool llevó el dominio del balón y mostró mejor imágen, tomando a un Crouch que apareció bastante como hombre clave. Apenas tuvieron que intervenir los porteros, se llegó al pitido final con un empate a cero, reparto de puntos que no contenta a ninguno de los dos equipos, deja a los de Avram Grant a ocho puntos del líder, y a los de Rafa Benitez a tres del Everton en la lucha por el cuarto puesto, el objetivo real en Premier League como el mismo Steven Gerrard reconoció en unas declaraciones.

Ayer lunes, el Arsenal tenía la posibilidad, al igual que la semana pasada, de aumentar la distancia con sus más acérrimos perseguidores. Y de nuevo no desaprovechó la ocasión. Frente a un Blackburn siempre difícil de ganar, un gol en un remate de cabeza de Senderos nada más empezar fue lo mejor que le pudo pasar a los gunners. Salieron muy convencidos, metiendo intensidad desde el principio, con una mentalidad ofensiva que no paramos de alabar. Su dominio total fue yendo a menos con el paso de los minutos, y al final de la primera parte los rovers inquietaron la portería de Lehmann, que repetía titularidad, sobre todo con McCarthy. Pero fue un partido controlado por el Arsenal, que sentenciaron finalmente en el descuento, con el 19º gol de Adebayor en esta competición y ya aventajan en 5 puntos al Manchester United. Los de Mark Hugues caen a la novena posición y se descuelgan un poco de sus aspiraciones europeas.

Se afianza en el cuarto puesto el Everton, que desde que el Arsenal le goleara en el último partido de año pasado no conoce la derrota. Son ya seis jornadas, con cuatro triunfos. Sin brillantez, ni lujos, pero mostrando la regularidad de un equipo solvente, trabajado, con una base asentada desde hace años. Recuerda al de 2005, aquel equipo que acabó cuarto por encima del Liverpool campeón de Europa. Frente al Reading, en Goodison Park, costó demasiado abrir el marcador en un disputado partido. Mikel Arteta tuvo un día desafortunado, y el peligro llegaba sobre todo con las potentes subidas por banda izquierda de Lescott. Sin Yakubu en punta, Cahill fue quien más cerca estuvo del gol. Pero fue Jagielka en el segundo tiempo, en posible fuera de juego, quien cabeceó a placer y puso por encima a los toffees. El Reading atraviesa por una racha malísima que le está condenando a la zona baja, ha caído a zona de descenso.

Aston Villa y Portsmouth también consiguieron importantes victorias que les permiten seguir metidos en el tomate. El Aston Villa remontó a un Newcastle incapaz de ganar con Keegan. Owen les adelantó, por segunda semana consecutiva, pero la segunda parte fue un vendaval de los villanos. Bouma y un triplete de Carew revitalizaron a un equipo que tras el descanso salió con otra cara, gracias en parte a las decisiones técnicas de Martin O’Neill. Mientras, el Portsmouth ganó fuera de casa al Bolton, con un gol de Lassana Diarra, y espera mejorar en el mes de febrero con el regreso de sus estrellas africanas.

En partidos de zona media-baja, el Tottenham de Juande Ramos sacó una victoria que costó más de lo que indica el resultado. 0-3 al colista de la tabla, el Derby County, con tantos de Robbie Keane, Kaboul y Berbatov, suplente en esta ocasión. El Middlesbrough superó por la mínima al Fulham, merced a un tanto de Aliadiere, que se ha mostrado enchufado en los últimos partidos. West Ham y Birmingham empataron a un gol, y el Sunderland sigue haciendo de su casa un fortín. Esta vez superó por 2-0 al Wigan.