Gerrard & Torres: Una conexión con olor a leyenda

Desde los mejores años de Michael Owen no pasaba por el equipo más legendario de Inglaterra ningún delantero centro que marcara las diferencias. La llegada el pasado verano de Fernando Torres, generó demasiada incertidumbre, siendo un jugador controvertido en España por diversas etiquetas colocadas injustamente sobre el. Caía mal. El solo levantó al Atletico de Madrid desde los 17 años, viéndose rodeado de mediocridad y desorganización. Era prácticamente un dios en la ribera del Manzanares, pero caía mal al resto del país, especialmente en la orilla de enfrente. Aguantó demasiado y marchó cuando no podía más.

Torres ha encontrado un paraíso en Liverpool. Una ciudad oscura y algo gris, en la que vive tranquilamente, sin preocupaciones, utilizando con madurez toda la experiencia que ha sumado en una dura trayectoria en el Atlético de Madrid, en la que aprendió de muchos momentos difíciles. Ahora puede quejarse de poco, le está saliendo todo como merece, tiene ambición por ganar, y el reconocimiento en forma de títulos le acabará llegando.

Los números hasta el momento cantan, y hacen incluso a sus máximos detractores darse cuenta del error que cometieron infravalorándole: 19 goles en 26 partidos en la Premier League, 25 goles en 34 partidos en total, todos ellos de jugada. La auténtica revelación en Gran Bretaña y uno de los mejores debutantes de la historia. Las lesiones y algunas rotaciones de Rafa Benitez no han conseguido frenarle. Le falta contrastarse ante los más grandes pero no tiene que demostrar nada a nadie. Su primer gol con la casaca red llegó frente al Chelsea y en la Champions mojó en Oporto y Marsella en una aportación decisiva. Con la selección española fue el mejor en el Mundial y en el Atleti nunca perdió la cara.

Su juego ha explotado en todos los aspectos. Torres guardaba dentro un potencial que en el Atlético no pudo sacar. Principalmente su función dentro del equipo ha cambiado. Se dedica a matar a los rivales en los últimos metros jugando de delantero centro cuando en el conjunto colchonero arrancaba desde el centro del campo porque nadie generaba fútbol. De todos modos, no es un punta convencional sino moderno, capaz de generar sus propios goles, participando en el juego, mostrándose y ayudando. Tiene espacios para moverse y utilizar su zancada, fuerza para luchar contra las defensas, frescura, recursos para definir, remate de cabeza, disparo desde fuera del área… Pura inteligencia cuando en el Atleti pensábamos que era lo que necesitaba para ser el que ahora es. Un error creer eso, cuando el no fallaba en nada.

Pero no solo Torres se encuentra como pez en el agua. Ha nacido algo que todos los hinchas del Liverpool soñaban, una telepatía con Steven Gerrard que se afianza con el paso del tiempo. Una amistad dentro del terreno de juego que está generando grandes frutos y por delante tiene un presente y futuro que se rinde a sus pies. Como en todas las temporadas de la era Benitez, el equipo está acabando como un tiro, ha encontrado por fin la estabilidad necesaria en todos los ámbitos tras un fatídico mes de enero y sobre el campo se apuesta por un 4-3-3 que de momento no ha fallado. Stevie-g en la mediapunta tiene libertad plena y busca permanentemente conectar con el delantero español. Ni Torres ha contado nunca con la presencia por detrás de alguien como Gerrard, ni el capitán con un delantero de las virtudes del madrileño.