Fulham: Pronóstico crítico

Situación peliaguda la que se está viviendo en Craven Cottage. La victoria del domingo en casa por la mínima ante el Everton (1-0), oxigena algo a un Fulham angustiado por las amplias posibilidades de descender a la First Division. Son ya siete temporadas con esta las que ha aguantado en la máxima categoría inglesa exprimiendo sus escasos recursos, desde que ascendió gracias al impulso de Mohamed Al-Fayed. Los mejores años llegaron sin duda entre 2003 y 2007, con la estancia en el banquillo del ex realista Chris Coleman, entrenador milagro con el que el equipo londinense apenas sufrió, y llegó a disputar competición europea.

Pero el cambio del pasado verano no ha beneficiado en nada. Llegó Lawrie Sanchez para dirigir, y a pesar del desembolso del dueño, mas ambicioso que nunca (unos 20 millones de libras que han resultado mal administrados), no ha funcionado nada de lo previsto teniendo en principio como objetivo mantenerse en la mitad de la tabla. En navidades el veterano Roy Hodgson, ex de Inter o Udinese, sustituyó a Sanchez, buscando revolucionar a un equipo hundido.

La historia no ha variado apenas. Son solo 4 victorias en 30 partidos, 23 escasos puntos a falta de ocho jornadas en las que no puede despistarse más. El calendario no es complicado comparándolo al de sus rivales directos, la permanencia la tiene a 3 puntos (con un partido más) y no es imposible, sin embargo es la imagen ofrecida durante todo el año lo que nos hace dudar de su capacidad para lograr la salvación.

El Fulham es uno de los -cada vez menos- clubes ingleses en la elite que no varía sus tradiciones. Tanto institucionalmente, acomodado en un barrio pequeño y elegante, a orillas del Támesis y más parecido a una villa, con un estadio en el que permanece una tribuna antiquísima, como deportivamente, poniendo en práctica el típico estilo de juego directo británico. Es curioso que pese a estar controlado por Al Fayed, uno de los personajes más ricos de Gran Bretaña, el equipo no haya cambiado un ápice su filosofía, manteniéndose a la sombra sin destacar.

Carece de talento este equipo, le cuesta dar más de tres pases seguidos y su juego consiste en buscar el pelotazo, sin elaborar, intentando sorprender. Defensivamente tiene peor nivel, y es incapaz de tener el balón, solo puede correr detrás de él. Sus mejores opciones para llegar al gol son el disparo lejano pese a no ser muy certeros, profundizar por bandas buscando el centro o las jugadas a balón parado, por algo los corners son tan aplaudidos en Craven Cottage. Acaba fatal los partidos, aguanta en las primeras partes pero se deshace en las segundas. Fuera de casa se queda sin empuje, las estadísticas lo ratifican con cero triunfos visitantes. Demasiado precarios.

Centrándonos en los jugadores, tampoco es que hayan tenido la suerte de su lado. Su mejor futbolista, el centrocampista Jimmy Bullard, sufrió una grave lesión y solo ha aparecido en 8 partidos. Ahora es su mejor noticia, con la calidad y carácter que puede imprimir en esta recta final. Por lo demás, cuenta con tipos sobrantes en su cuesta abajo, otros que no han respondido las expectativas, y en general un equipo pobre, al que le falta para mantenerse en la Premier, y ni siquiera tiene un goleador decente (gran fracaso el de Healy, que empezó como un tiro). Están recogiendo sus frutos. Si estás entre lo insuficiente y lo suficiente, y las cosas te salen mal, apaga y vámonos.