Diles que se vayan, diles que se vayan...

Con el puño fruncido por un billete necesario a la Champions League y una gran sonrisa, incluso alguna lagrimilla, nos acostamos los atléticos el pasado domingo. 11años después volveremos a la elite continental. Pero pronto nos obligan a difuminar nuestras ilusiones, pequeñas ilusiones hasta el momento, pero al fin y al cabo, huelen a lo que algún día buscamos recuperar. El caso es que los delincuentes que dominan el club a modo dictatorial vuelven a saltar a la escena.

Cerezo & GilMa comparecieron el martes con el comunicador español al que peor le sienta cumplir años, el amigo De la Morena. Al ser colegas nunca les ha puesto en aprietos, ni desde luego van a mostrar la realidad del club. Lo de Cerezo es más sangrante, la marioneta que no tiene escrúpulos en hacer el ridículo cada vez que aparece en público. Gil Marín se dedica a trincar dinero, y lo demás le viene al pairo.

Nos dejaron perlitas, aprovechando el buen momento del equipo, comparado a los resultados deportivos de los últimos años. La más sangrante fue decir por primera vez que en el cambio del Calderón por la Peineta el Atlético no sacará ningún beneficio económico. Si, muchos nos lo esperábamos, pero yo al menos no así. Han demostrado tener el valor y la vergüenza de volver a mentir a una entidad centenaria, de reirse de nosotros en nuestra cara con sus intenciones de seguir robando del club. No contentos con eso, a la pregunta ¿y como piensan pagar la deuda? Tras unos segundos de silencio, a Cerezo no se le ocurrió otra respuesta tan penosa: ‘Pues como podamos’. GilMa volvió a replicar, en la búsqueda por ver quien es más inepto: ‘La Champions es muy perjudicial económicamente’. ‘Para nosotros el atlético no es rentable’. ¿Quieren concienciarnos para quedar cada año duodécimos y así no tener pérdidas? No cuela, nada cuela.

Sobre el campo hemos podido disfrutar del mayor talento puro de la actualidad, algo impagable, rodeado de cuatro futbolistas de muy buen nivel, capaces de ocultar la triste realidad y conseguir el objetivo marcado. En liga, porque en las copas hemos hecho el ridículo. Aguirre, con el conservadurismo criticado, no tenía para más. Porque el mexicano no es un entrenador grande, puede imprimir todo el carácter del mundo y ser una maravillosa persona, pero tácticamente el equipo deja que desear en todos los aspectos. Principalmente en no conjuntar las líneas y dar la impresión de parecer un equipo partido en dos. Deficiente en defensa, y notable en ataque. Además, estratégicamente es un fraude. Ahora llega el momento de decidir en torno a su continuidad. Si llegara un grande, contrastado y con experiencia, bienvenido sea. Pero hay que ser cautos, y no sería negativo apostar por su continuidad. Desde luego si el recambio se llama Quique no vamos a ningún lado. Se necesita tranquilidad, más tranquilidad porque aunque los de arriban digan que actualmente existe, es mentira. No hay más que dudas, y dudas, y dudas, en todos los frentes, para tener un futuro prometedor no podemos tirar cada año los dados. Haciendo tan mal las cosas, a mi me cuesta disfrutar del momento, me agota tanto sin sentido. Aunque este blog no suela tratar estos temas, me parece justo denunciarlo.

A los atléticos en general no. Algunos han caído tan bajo que celebran un cuarto puesto en la fuente de los éxitos, congregando bastante más gente que en una manifestación anti-directiva. Si en la última jornada llegamos al tercer puesto ¿también irán allí a dejarnos en ridículo? Si es así Neptuno debería sacar el tridente y poner a cada cual en su sitio. Ya basta de mediocridad, que somos el Atlético de Madrid. Y van 20 años. En ningún otro club del mundo han dejado delinquir del mismo modo.