24 abril, 2008

Cuentos de Fútbol (X), por Pablo: La mágica noche de Prati

La final de la Copa de Europa de 1969 se presentó a los ojos del mundo como el enfrentamiento de dos estilos y dos modos distintos de ver y vivir el fútbol. Uno, clásico, rancio y ordenado, representado por Nereo Rocco, y otro, moderno, exuberante y ambicioso, representado por Rinus Michels. Pero estilos de juego aparte, pasiones a un lado y sin contar las intenciones mostradas, la final de la Copa de Europa de 1969 pasará a la historia como la noche mágica de Pierino Prati.

El Milan de Rocco alcanzó la final después de dejar en el camino a los dos últimos campeones del torneo, Manchester United primero y Celtic de Glasgow después, y ni la sabiduría de Busby ni la ambición futbolística de Stein habían podido con la fortaleza impuesta por Nereo Rocco en torno a su equipo de guerreros.

El Ajax de Michels, por su parte, había eliminado al Benfica, finalista en cinco de las ocho últimas ediciones, por lo que ambos equipos habían reunido méritos más que suficientes para hacerse con el máximo torneo a nivel de clubes.

La historia de Nereo Rocco y el Milan se escribía en dos partes, un encuentro y un reencuentro que habían situado al club de la capital lombarda en lo más alto del panorama futbolístico. La primera vez que Rocco arribó en San Siro fue para quitarle todos los complejos al club y hacerle creer que ganar no era cuestión de fútbol sino también de trabajo. En su regreso, Rocco seguía igual de firme en sus propósitos pero los años y la experiencia le habían aportado la madurez necesaria para corregir errores y apuntarse de nuevo a la vitola de los campeones.

Para el Milan, aquella suponía su tercera final en la Copa de Europa. La primera vez, sin Rocco en el banquillo pero con la elegancia de Liedholm y Schiaffino sobre el césped, habían sido derrotados por un Real Madrid que había conseguido catalogarse como un equipo invencible. La segunda final, ya con Rocco, Rivera había dirigido al equipo a una asombrosa victoria frente al intocable Benfica de Eusebio. Y ahora que se disponían a jugar la final por tercera vez, el equipo, Rocco y la afición habían adquirido la experiencia necesaria para sentirse dueños de un nuevo sueño.

Pero les esperaba el Ajax de Ámsterdam. Un equipo dirigido por Rinus Michels, que representaba la revolución de una escuela emergente y que tenía en Johan Cruyff a su punta de lanza idóneo para dirigir y culminar cualquiera de sus ataques. El joven Cruyff llevaba varios años asombrando a Holanda y le había llegado la hora para asombrar a todo el mundo con el balón cosido al pie.

En el Milan sobrevivía Rivera como artista único en el centro del campo y sobrevivía Trapattoni como escudero fiel del único dueño del balón en Lombardía. La punta de ataque había cambiado respecto a la última final de gloria e historia disputada por el club; si en aquella ocasión, Altafini se vistió de leyenda para consolidar al equipo como auténtico ogro de Europa, aquella noche iba ser Prati quien decidiese el partido con tres carreras inolvidables.

En su primer gol, Prati aprovechó en el área un balón suelto tras una magnífica jugada de ataque de su equipo, disparó fuerte y seco y el balón se introdujo en la portería holandesa sin que los defensores del Ajax tuviesen tiempo apenas para pestañear.

Para anotar su segunda diana, Prati corrió el contraataque con todo el ánimo que le cabía en el corazón, se desmarcó hacia un lado y cuando recibió el balón desde la línea de medios, supo al instante que aquella jugada iba a convertirse en un nuevo gol y un nuevo motivo para protagonizar, al día siguiente, todas las portadas de los diarios deportivos de Italia.

En el tercer gol de su cuenta, Prati cabeceó un extraordinario centro de Rivera tras una magnífica jugada individual de El Bambino de Oro. De nuevo, el portero y los defensores del Ajax se vieron abocados a agachar sus cabezas y mesar sus cabellos soñando con que el destino les regalaría una nueva oportunidad para alcanzar la gloria.

Aunque el Ajax se hubiese permitido el lujo de anotar un gol, aquella era la noche mágica del Milan en general y de Pierino Prati en particular y Angelo Sormani remató el partido con un nuevo gol que aplastaba al rival de la manera más cruel y que definía la final por un tanteo de cuatro goles a uno por segundo año consecutivo.

La pareja Rivera – Prati había vuelto a consolidarse como una de las duplas más perfectas del fútbol mundial y tras sus magníficas exhibiciones en el Calcio italiano, habían conseguido exportar su magia al resto del continente y, por una noche en sus vidas, se habían convertido en la pareja más envidiada del mundo.

Johan Cruyff, sin embargo, mascó la derrota con el orgullo herido y una sensación de ridículo merodeando sobre sus pensamientos. Aunque eran un equipo joven y seguramente el fútbol les concedería una segunda oportunidad si seguían trabajando con la misma entrega y perfección les había caracterizado hasta entonces, llevaba varios días soñando con ganar aquella final y al verse fuera de sus sueños de la manera más cruel no pudo sino escupir al viento una maldición y prometerle al fútbol que aquel trofeo sería suyo tarde o temprano.

Para los más puristas aquella había sido la victoria del clásico Catenaccio contra todas aquellas voces que anunciaban el fin de la clásica escuela italiana. Para los más revolucionarios, sin embargo, aquel no había sido sino un pequeño tropezón en un camino que no había hecho sino comenzar y que seguramente terminaría triunfando con el canto al fútbol como principal fuente de inspiración.

Rocco ganó con su orden y Michels perdió con su fútbol, pero todos los que amaron el deporte desde aquellos años de inestabilidad sistemática, recordaron aquella final como el nacimiento de un equipo que estaba destinado a convertirse en leyenda y referencia a nivel histórico y mundial.

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3 comentarios:

A las 4/24/2008 1:49 a. m. , Blogger Guido ha dicho...

Literatura pura.

Corto, pero conciso. Muy bueno.

Saludos

 
A las 4/24/2008 8:48 p. m. , Blogger Unknown ha dicho...

Magnífica visión de lo acontecido aquella noche del 69. Se gestaba el grandísimo Ajax que posteriormente dominaría Europa.

Un abrazo.

 
A las 4/25/2008 6:09 p. m. , Blogger Enamorado Del Fútbol ha dicho...

Ese ajax marcó un antes y un después en el fútbol, fue durante bastante tiempo la referencia en el fútbol mundial.

Nuevo articulo en EDF
Un saludo
www.enamoradodelfutbol.blogspot.com

 

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