6 años después, el Feyenoord vuelve a tener a tiro un título

Nueve años sin ganar cualquier campeonato local, seis han volado ya desde el último trofeo que levantó el conjunto de Rotterdam. Demasiado tiempo para uno de los tres equipos más carismáticos de Holanda que no ve solución a sus problemas. Seguramente por eso De Kuip se volcó ayer para dar alas a sus jugadores en la copa. Con un cuadro asequible hasta semifinales (Utrecht, Groningen, Deurne, Zwolle), y Ajax y PSV eliminados, el bombo decidió enfrentar a Feyenoord y NAC Breda, revelación de este año en la Eredivisie. De todos modos, no podía fallar el Feyenoord en esta eliminatoria con todo de cara a un pasito de la final.

Un único punto separa a ambos equipos en el campeonato de la regularidad, en el que este año se está fallando más de lo debido y por eso los modestos están más cerca que nunca de los grandes. Aunque esa es otra historia, una historia que hoy pueden decidir PSV y Ajax con la disputa de su atrasado duelo en Eindhoven. Pero quedaba un dato en la retina del Breda, el sangrante 5-0 que recibió por parte del Feyenoord en liga les amilanó desde el minuto uno, saltando al campo con un conservadurismo ante el que no pudo reaccionar cuando llegó la necesidad de soltarse.

La primera parte no tuvo demasiada emoción, posesiones largas de ambos equipos buscando que pasaran los minutos, sin Sahin ni Landzaat participativos por lo que las ocasiones escaseaban. Ten Rouwelaar, guardameta del NAC, salvó algún que otro disparo meritorio, mientras que en ataque solo el talentoso Lurling, ex del Feyenoord (fue silbado por la grada), aparecía aisladamente pero echó en falta algún apoyo.

En la segunda mitad, un tempranero tanto de Mols adelantó al Feyenoord tras ganar la espalda de la defensa rival, hasta ese momento bien conjuntada. Este gol desarboló los planes del Breda que fue despreocupándose en defensa e intentando llegar al área por bandas, aprovechando las subidas de los laterales, sobre todo por la derecha con Elshot. Pero llegó el 2-0 que sentenciaba. Gio avisó fallando lo imposible en boca de gol, e instantes después, en el 74’ Landzaat planeó una sutil vaselina que besó la red. Enloqueció la bañera, el Feyenoord se metía en una final en la que tendrá por adversario a Heracles o Roda, y que si la gana como todo parece indicar le insuflará una dosis de confianza y optimismo necesarios.

Mención especial merece la temporada del NAC Breda, de las mejores de su historia pese al resquemor que les queda no poder colocar la guinda con una final copera. Lo tenían muy complicado y no pudieron aguantar. No cometió errores porque apenas arriesgó, replegó y anticipó en defensa pero con poca presencia ofensiva, los Lurling, Amoah (ayer entró como suplente), Ammi, Stam o Elshot, tienen más de lo que ofrecieron, y la descarada búsqueda del empate les restó opciones ante los chicos de Van Marwijk.

Este fue uno de los dos ejemplos que nos dejó la noche de ayer en el que vemos como equipos históricos que pasan por años oscuros se aferran a la copa buscando mitigar su realidad. Con el Westfalen Stadium abarrotado, el Borussia Dortmund sumido en una grave crisis salió a comerse el campo ante el Carl Zeiss Jena, histórico club de la República Democrática Alemana y actualmente en segunda división. También se jugaban entrar en la final, y el Dortmund lo consiguió con un claro 3-0. Feyenoord y Borussia lo merecen, sobre todo su gente, en sus países nadie puede presumir de sentirse tan arropado.